Creando Relaciones Positivas

Creando Relaciones Positivas
Aemeraz


¡Muy buen día!
Estoy recuperando el blog, que había dejado por un par de semanas. En esta ocasión, quiero presentarte un artículo que titulé “Creando Relaciones Positivas”, título también de una conferencia que imparto.
No estás para saberlo, ni yo para contarlo, pero el pasado 13 de febrero fui invitado a un evento, donde impartiría precisamente este tema. Por cuestiones de logística que no viene al caso mencionar hoy, no me fue posible dar la charla como estaba planeado; así que decidí escribir este artículo, para que no se quedara en el aire un tema que, en lo personal, me parece interesante.
El contenido del artículo es un poco extenso, pues describe con claridad cada uno de los puntos que reflejan una relación positiva. Sin embargo, te sugiero leerlo en su totalidad, como si fuese una extensión del libro “Ser LiderR”, también de mi autoría, que de paso recomiendo leer.

A través de varias lecturas y charlas, encontré cinco características que distinguen a aquellas personas que crean relaciones positivas en su vida. No hablo únicamente de relaciones amorosas, sino también de relaciones de amistad, familiares, laborales, etc. Estas características no son las únicas; por el contrario, aquí viene sólo la base, tú irás añadiendo las demás virtudes, de acuerdo con tu experiencia personal y lo que haya funcionado para ti en otras ocasiones.

#1: Libertad.
¿A quién no le gusta sentirse libre al estar en contacto con otros? Si bien el poeta alemán Friedrich Schiller dice que la libertad existe sólo en la tierra de los sueños, es necesario darnos cuenta de que cada uno de nosotros somos libres por naturaleza. Es por ello que no podemos hacer responsable de nuestra libertad a otra persona, ya sea familiar, algún amigo o nuestra pareja. El primer paso para encontrar la verdadera libertad es la auto-liberación. ¿Cuántas veces nos sentimos atados por situaciones pasadas? ¿Quién no ha dejado de ser libre por miedos internos? Así, debemos buscar en nuestro interior para reconocer aquellos obstáculos que detienen nuestro crecimiento.
Así como tú tienes libertad para elegir tus metas, tu camino; libertad para decidir con quién estar y de quién alejarte, lógicamente, cualquier persona que esté a tu alrededor tendrá el mismo derecho. Conforme avanza el aprendizaje en tu vida (porque la madurez es de frutas y verduras, no de personas) es más fácil comprender que cada uno somos individuos y, como tales, tenemos visiones y misiones diferentes. Encontrar a esa persona que comparta contigo su vida no quiere decir que debes atarte a él o ella a como dé lugar; por el contrario, deberán caminar juntos, mas no atados, para que cada uno consiga aquello por lo que ha venido al mundo y, finalmente, puedan ser dos personas completas compartiendo su felicidad, y no dos medios seres, buscando complementarse sin éxito.

#2: Respeto.
Esta característica del respeto ha sido ya abordada en el contenido del libro Ser LiderR, como una de las seis características que distinguen a los líderes que trascienden. Sin embargo, quiero resaltar en este apartado que el respeto no va únicamente dirigido hacia el exterior, sino que también se manifiesta dentro de nosotros.
Siempre he pensado que una persona respetuosa es una persona alegre. Así, el respeto ayuda en nuestra comunicación con los demás, al tiempo que nos da oportunidad para mejorar la calidad de nuestras relaciones humanas.
¿Se tiene mejor convivencia con una persona respetuosa? Por supuesto. Cuando los demás se dan cuenta que actuamos con respeto, tenemos mayores oportunidades para que busquen nuestra compañía.
Respetar nuestro cuerpo y nuestra mente, pero también respetar las decisiones y acciones de otros, son parte fundamental para que la relación con nuestro entorno sea positiva. Vive con tus seres queridos en un ambiente de respeto (que esto no se confunda con la formalidad extrema) y verás que cientos de pequeños detalles empezarán a cambiar en tu vida.

#3: Honestidad.
En el punto dedicado a la honestidad, voy a recalcar que existen diferencias entre ser honesto y hablar de más. Muchos pensamos que el ser honesto es decir todo lo que pienso y siento, en el momento que se me pegue la gana porque, sencillamente, “yo soy muy honesto”.
Esta característica va de la mano con la anterior, pues la honestidad implica, en el 100% de las ocasiones, el respeto. Alguien que dice: “Voy a ser honesto contigo, la verdad es que eres un holgazán, que nunca hace nada” realmente está siendo hiriente y agresivo, enmascarándose en la sinceridad y honestidad. Busca las palabras adecuadas para el momento correcto; si crees que tu estado de ánimo afectará en la comunicación con los demás, es preferible alejarte un poco y después, cuando tus emociones estén bajo control, regresar y buscar la solución del conflicto.
Nadie dijo que era malo decir abiertamente “estoy enojado, ¿podemos hablar después?”; por el contrario, esto caracteriza a un ser honesto que está buscando aprendizaje.

#4: Fidelidad.
Aquí se pone la situación más difícil, ¿verdad?
¿Sabías que México es el tercer país con mayor índice de infidelidad en el mundo? Justo bajo Estados Unidos y España. ¿Por qué será? Tengo una teoría que alguna vez compartí con una persona muy especial para mí y que, ahora, quiero plasmar en este texto:
Supongamos que vas a ir de compras y tienes tu lista ya elaborada. Te diriges a algún supermercado y, en los pasillos, buscas aquella mercancía, con marca y modelo específicos, para llevar todo lo que anotaste en tu lista. Finalmente, cuando te conduces hacia las cajas registradoras, la persona que atiende te pregunta: -¿Encontró todo lo que buscaba?- Tú respondes: -No, la verdad es que me faltaron algunos artículos, porque no tienen la marca que yo quiero; otros están muy caros y otros sencillamente no existen aquí.
Sales del supermercado y decides ir a otro, a comprar lo que faltó en la lista. En ese otro lugar, distinto al que fuiste en un inicio, no tienen exactamente lo que pides, pero decides comprar lo que encuentres, para no regresar a la primer tienda o buscar otra.
De igual forma, en nuestras relaciones humanas tenemos una lista, donde colocamos cada una de las características que buscamos en la otra persona: confianza, seguridad, comprensión, cariño, etc. Resulta que tu pareja, por ejemplo, no tiene todo lo que pides. Propongo dos opciones, aunque debe haber más: primera, revisas bien la tienda, para buscar qué otros productos pueden sustituir los que llevas en tu lista, y adquirir todo en una tienda nada más; y segunda, eres honesto contigo y con la otra persona; dejas lo que habías tomado y sales, para buscar satisfacer tu lista en otro lugar. En estas dos opciones quizá pueda haber dolor, pero nadie saldrá lastimado ni ofendido, porque, como lo comentaba en el apartado anterior, estás actuando con honestidad.
¿Qué es lo que hacemos comúnmente?
Buscamos en una tienda, en otra y en otra, hasta comprar toda la lista que llevamos. Sin embargo, nuestro desgaste es mucho mayor, ya que preferimos que las tiendas no se enteren de que estamos comprando en otros lugares. Hay personas que no están dispuestas a invertir mucho y se van a lo fácil, poner su lista a un lado y comprar en el primer comercio que aparezca; hay otros que ni siquiera tienen una lista y van por el mundo tomando prestado de cualquier lugar; otros, por su parte, no están dispuestos a gastar nada y solamente van a aquellos lugares donde dicen: “pruébele, joven, sin compromiso”.
Así, la honestidad y la fidelidad van de la mano, pues quien ama y es honesto, jamás será infiel.

#5: Amor.
Llegamos a la conclusión de este artículo. El amor es una forma de vida; si consigues aplicar en tu vida las características anteriores, añadiendo otras que te parezcan importantes y no estén aquí, estarás viviendo en el amor. Una frase que, sin duda, explica con claridad lo que quiero expresar en este texto es la siguiente: “Ama y haz lo que quieras. Si callas, callarás con amor; si gritas, gritarás con amor; si corriges, corregirás con amor; si perdonas, perdonarás con amor”. Agustín de Hipona tenía muy claro lo que significa vivir en el amor. Recuerda que sólo amamos aquello que conocemos; por tanto, es de suma importancia tener una excelente comunicación con nuestros seres queridos. Habla, expresa, escribe, escucha y actúa a través del amor y verás los resultados que obtienes. Conócete y conoce a los demás; muéstrate ante el mundo sin máscaras y la vida recompensará tus actitudes poniendo en tu camino a las personas indicadas para tu crecimiento.

Espero que este artículo haya sido de tu agrado y que encuentres la forma de poner todo esto en práctica. Evalúa tus relaciones más cercanas para conocer si realmente están siendo relaciones positivas; en la vida estamos para amar y ser felices, no para tener miedo. Siente la motivación que te lleva cada día a crecer y aprender; sólo así estarás andando por el sendero de la fe, la esperanza y la luz.

¡Sigue leyendo!

Portavasos...

Hoy encontré un artículo sumamente interesante, que espero te agrade tanto como a mí. Abrazos!

La mancha que la mayoría de las personas tratan de evitar es el clásico anillo de café, agua, vino, refresco, sobre una mesa. Tanta era la manía que se inventó el portavasos. Algo que divide a la mesa del vaso que pueda mancharla. Una capa protectora. Algo que no permita que lo que tanto cuidamos, se manche con torpeza.

Imaginemos que cada persona es una mesa. Una mesa que está susceptible a que la manchen, (porque al final una mesa está hecha para ensuciarla, para usarla; igual que la vida.)

Desde pequeños nos enseñan que hay que hacer lo correcto en la vida, que hay que procura no manchar con mentiras, secretos, errores. Y nos dan portavasos, lo que divide a nuestro ser real, de nuestro ser social. > Nuestro ser imperfecto, de nuestro ser perfecto.

El ser humano está tan acostumbrado a que se le pida perfección, que esconde sus errores, duda de sus dudas, sufre de sus imperfecciones. El portavasos emocional, el de la vida, viene en forma de máscaras, de religiones, de mentiras. De un sin número de herramientas que usamos para no mancharnos. Para no dejar un anillo de imperfección sobre nuestra mesa, sobre nuestra vida.

Si los adultos aceptaran que crecer se trata de manchar, de mancharse, de ensuciar para aprender, entonces a los niños, que después se convertirán en adultos, no les daría miedo equivocarse.

Poner el vaso sobre la mesa y aceptar que si se mancha, se mancha. Para eso está. Poner el error sobre la vida y aceptar que si se mancha, se mancha, para eso está.

Y tampoco se vale usar a las demás personas de portavasos. Echarles la culpa de los errores de una relación. Acentuar, que fueron ellas las que echaron a perder algo, que ensuciar lo que no debían. Tratar de poner algo que divida a la realidad de la fantasía. A la imperfección de la perfección. Una pareja aprende de tocarse y mancharse.

Dejemos los portavasos sobre las mesas en casa de los papás, sólo para darles paz mental. Pero quitemos los de la vida, y ensuciemos todo para después limpiarlo y volver a empezar.

La vida con portavasos es una vida sin aprendizaje.

www.esasimujeres.com

Compartido por Judith Cruz Bermúdez

http://www.vidapositiva.com

...Tres en Uno...

TRES EN UNO
Aemeraz

Sí, lo sé, tenía mucho tiempo sin actualizar el blog; no es que haya dejado de escribir, por el contrario, he escrito quizá más de lo normal. Lo que sucede es que, en la actualidad, la vida va tan rápido que no se puede contar todo en una simple entrada de blog y debemos, como lo hago ahora, partir la realidad y contar sólo una pequeña parte de ella. Para más detalles del día a día de quien ahora habla a través del teclado, está la cuenta de Twitter, también visible en este espacio.

Dejaré de lado los comentarios sobre haberme retirado del trabajo en administración pública, ya que ese tema es motivo de una entrada aparte. Hoy quiero contarte tres hechos que si alguien los lanzara al aire, así como así, serían situaciones sin importancia. Sin embargo, y tomando como antecedente la parte de la unión de los puntos que dijera Steve Jobs en uno de sus discursos, estas breves historias unidas se convierten en parte fundamental de una vida. En la entrada de hoy, haremos un vertiginoso viaje en el tiempo, yendo desde la actualidad hasta 25 años atrás y, de nuevo, al presente.

¿Qué harías si llegas a tu automóvil, que se encuentra un tanto mal acomodado en un estacionamiento comercial, justo en el instante en que se abre la portezuela del auto contiguo y golpea al tuyo ligeramente en la defensa?
Algo así sucedió días atrás; omitiré nombres, detalles y colores, pero la mujer dueña del auto “golpeado” arremetió ante quien, desde su perspectiva, le había ocasionado un daño material.
-¡Sí, ni siquiera se fijan!, ¡abren las puertas como si estuvieran en el patio de su casa!
-Perdón, señora.
-¿Perdón? ¡Pues fíjese!
-Perdón, señora, lo que pasa es que soy ciega.
-¡Sí!, ¡No lo dudo!

Más o menos así fue el diálogo que se mantuvo; en ese instante, un bastón blanco apareció en escena, siendo más elocuente que cualquier discurso.
-Perdón.- Fue lo que atinó a decir la dueña del automóvil golpeado que, dicho sea de paso, no había sufrido daño alguno.

Después de esta primera parte, no me queda duda de lo que en ocasiones hacemos sin pensar; dejamos a un lado las enseñanzas de Gandy, donde se nos exhorta a comportarnos como hermanos, para quedarnos únicamente como seres individualistas, amantes de lo material.
Seguro que la chica “golpeadora”, en aquel instante, viajó hasta un recuerdo que ya no sabe si es de ella o lo ha adoptado como propio; sin importar lo que sea, 25 años atrás, una maestra cerca de ella dijo a sus padres: -Señores, llevamos una semana con su hija en este colegio. Discúlpenme por decirles que no vamos a aceptarla aquí, pero su hija no va a aprender a leer ni escribir.

¡Corte!
Aquí termina el “flashback” e inicia la tercera parte de la historia. De pronto aparece la escena donde la misma chica, ya de nuevo en el presente, sube hasta la mesa de honor, para recibir un reconocimiento por su segundo lugar académico a nivel maestría.

¿Verdad que el tiempo nos sorprende? Seguramente la monja-maestra que aseguró las pocas probabilidades de éxito que tenía aquella niña, jamás imaginó que los padres de familia preferirían no quedarse con esa opinión. Por supuesto, tuvieron qué suceder millones de coincidencias para que esta chica llegara hasta donde está; las palabras de la maestra no se tomaron como una profecía, sino como un reto, pero existen muchas familias que pudieron haber tomado la declaración como una verdad irrefutable. Jamás sabemos lo que nuestras palabras pueden influir en la vida de los otros.

Hoy les comento que, después de dos años, hemos terminado la Maestría en Desarrollo Humano y Valores, primera generación en nuestro estado de Durango; aclaro, aún no somos maestros, pues nos falta la tesis (alguien me lo reclamó y por eso lo menciono), pero hemos llegado al final de algo que parecía imposible.
Me quedo con dos frases que, perdidas en este mundo digital, ya no se sabe quiénes fueron los autores; la primera, describe lo importante que es soñar en conjunto, para lograr conseguir un ideal social; la segunda, la utilizaré como un cierre magnífico para este artículo algo extenso. Espero sigas leyendo y te hayas percatado de lo importante que pueden llegar a ser tus palabras, de lo mágico que es el destino cuando nos ponemos a analizarlo de adelante hacia atrás y de lo misterioso que es el universo, que quién sabe qué sorpresas nos tenga para el día de mañana.

¡Feliz inicio del resto de tu vida!

“Cuando sueñas solo, sólo es un sueño; cuando sueñas con otros, es el comienzo de una realidad”.

“IMPOSIBLE… es sólo una opinión”.